martes, 26 de abril de 2011

I Bikorientació a l'horta de Lleida

Para ella ha sido un invierno especialmente largo. Lo ha tenido que pasar sola, desatendida en el cuarto de los trastos, compartiendo sueños con las gafas de bucear y la plancha, esa otra gran olvidada. No he podido dedicarle el tiempo que habría querido, pero las cosas son así y tiene que entenderlo; entre el trabajo, el estudio y el entreno específico, no había tiempo para la bicicleta. Pero eso ha cambiado ahora. La oposición de Barcelona ya es historia -una historia de terror, a caballo entre el suspense y el thriller político- y ahora los días son más largos. ¡Mucho más largos!
Un lavado de cara, un buen ajuste, un ligero engrase y la máquina estaba lista para devorar caminos, montañas y lo que hiciese falta.

Hacía ya tiempo que no salía a pedalear con los jabalís de Vilanova y la verdad es que tenía ya ganas de compartir ruta con ellos. Domingo, 17 de abril. No estaban todos los que eran pero sí eran los dos que estaban. Y esta vez les tocaba a Luís y Óscar desplazarse a la Terra Ferma, así que yo dormiría un ratito más… íbamos a participar en la “I Bikorientació de l’Horta de Lleida“, una carrera cronometrada de idénticas características a las ya conocidas Trekorientacions (mapa topográfico, balizas escondidas…) pero a lomos de la bicicleta.
Quedamos en el recinto de la Fira de Lleida, donde la gente del Drac Actiu había preparado el briefing y la salida.
Como de costumbre, yo llegaba con los deberes hechos y los dos artistas del trapecio aparecían con las ruedas sin aire, el cambio desajustado, la cadena que se enganchaba y con más mierda que el palo de un gallinero… pero ante todo mucha calma. Les quiero por esas pequeñas cosas. Armamos los trastos y nos vamos a la recogida de dorsales. Yo me apresuraba a colocar el portamapas en el manillar de la bici y al cabo de unos minutos aparecieron Luis y Óscar: “la llamada de la selva chaval!” –Efectivamente, todo el mundo sabe que antes de pedalear, hay que sentarse a cag… hay que sentarse en el sillín.
Madelman no dejó de sonreir, un paseo para él.
Madelman decidió que instalar el portamapas era demasiado farragoso e irrelevante, así que prefirió ir sin mapa, a bulto. Toma ya. Su genoma incorpora brújula, topografía militar detallada y gps de serie, así que esas chorradas no le convencen. Yo no discuto nunca esos detalles porque sé que al final, aún sin mapa, terminará sacándonos de algún apuro. No será la primera vez... Luís se ríe porque sabe que eso es así y no hay más que hablar. Qué coño le vas a discutir al hombre que enseñó a Bear Grylls lo que sabe de supervivencia!
Así es amigos, me enseñó también a construir balsas de chicle y juncos
Que contenta estaba mi GT con sus pedales automáticos nuevos y su flamante dorsal 46. Y yo qué acojonado. Siempre había preferido ir con los pies sueltos, pero sabía que tarde o temprano tenía que dar el paso, así que me tocaba estrenar el regalo de cumpleaños de Campanilla y aunque la ruta era fácil, se masticaba la tragedia. Al primer despiste, piñazo asegurado.

nótese la camiseta oficial
Guié a los chicos durante los 3 ó 4 Km de tramo neutralizado hacia la salida cronometrada y a partir de ahí, unos 37 Km de entretenidísima carrera de orientación en bicicleta que nos llevó hasta el sexto lugar en la clasificación. Perdimos unos 10 minutos buscando la maldita baliza 9 cuando la teníamos delante de las narices por hacerle caso a quien no debíamos, pero bueno, esas cosas pasan y no hay que preocuparse (aunque yo me cojo unos cabreos de reglamento cuando pasan…) Esos 10 minutos nos costaron el tercer cajón del podio, pero realmente lo importante era que habíamos pasado una mañana cojonuda de bicicleta, deporte y aventurilla en buena compañía.
Por cierto, el destino no quiso que fuese ése el día en que me diese mi primera morrada con las zapatillas automáticas, así que me libré por el momento del escarnio público. Pero todo llegará, sólo es cuestión de tiempo.

A destacar la estupenda organización del evento y también la sorprendente actuación de Luis, que aunque arrastra algún kilito de más (poca cosa vaya, nada que no se elimine con un par de clases de aerobic…) parece que la recién estrenada paternidad le ha dado alas y en llano no corta el mar sino vuela… Como corre el cabrón!
Busca los tres ciclistas en la imagen
Para terminar nos duchamos en casa de la amabilísisisisima y dulce Campanilla y nos fuimos a comer kebabs y falafel al turco más cercano.

A ver cuando repetimos chavales!

2 comentarios:

Sophie dijo...

Sois unos cracks! El madelman como siempre improvisando!

La Enana del Jardín dijo...

Mi Luis vino muy contento de la carrera, para él un paseo ya que era llanito :) pero que le gustó mucho!

Por cierto, que mi Luis dice que no necesita plano, que él sólo se orienta bien...es más apañaico! :D