miércoles, 29 de abril de 2009

Pateada en Vall de Núria

El fin de semana pasado Yolanda y yo fuimos a la Vall de Núria con la intención de hacer un par de rutas a pie por la zona. El sábado por la mañana subimos desde Queralbs hasta el Santuario por la ruta más típica (casi turística) de ascenso a Núria. Y es que el camino tiene truco. Como sube paralelo al tren cremallera, mucha gente sube con el ferrocarril y baja por el camino a pie, ahorrándose así la parte que cansa (sudar no mola, osea). Son menos de tres horas subiendo, pero el desnivel es considerable si no estás acostumbrado a caminar por la montaña o subir la compra del Carrefour por las escaleras, como es mi caso. Ya sé que te la llevan a casa, pero qué quieres que te diga, me gusta hacerlo yo. Así me gano el pan bimbo con nocilla que siempre, desde tiempos inmemoriables, sucede al ritual de hacer la compra.

Bueno a lo que iba, que me lias. Llegamos al llano donde se encuentran el Santuario y las pistas de esquí y como a estas alturas ya nos la hemos ganado y tenemos hambre, nos metemos más de media tarta Quirsh (Quirze, Kirtsh, Kithsh o como coño se escriba) entre pecho y espalda -vamos que es una tarta de queso y verduras supervitaminada, especialidad de Yolanda, que está de muerte-

El camino de Queralbs a Núria es realmente bonito y muy recomendable, pero lo mejor está por venir. Como somos unos outsiders y nos las damos de aventureros, no nos resignamos a volver por el mismo sendero y lo hacemos por otra ruta. El Coll de Fontalba. Aquí los domingueros han sido graciosamente sustituídos por unos bóvidos fantásticos, los Isards (Rupicapra rupicapra o rebeco de los pirineos, que hay que explicártelo todo cojones). Estos preciosos animales deben estar acostumbrados a los bípedos con forro polar y mochila, porque nos permiten acercarnos a menos de 40 metros sin alarmarse, al menos los individuos más jóvenes. Lo cierto es que aunque cazarlos está prohibido, sería mejor para ellos que se mantuviesen lejos, habida cuenta de la cantidad de mamones que circulan por ahí. Pero nosotros sólo queríamos sacarles unas fotos. Lo que más impresiona de estos animales es la capacidad que tienen para correr por terreno escarpado. Dan unos saltos tremendos cuesta abajo, entre rocas y árboles.

Lo peor de esta ruta de vuelta es que, una vez pasado el Coll de Fontalba, uno se encuentra de morros con una pista larguísima que desciende hasta el mismo pueblo de Queralbs y que no tiene ningún encanto natural. Lo mejor es acortar camino entre las curvas o bien subirse al coche del primer amable conductor que se ofrezca a llevarnos. Como además me dolían las rodillas (gracias a la trekorientació de la semana pasada) y el tipo tenía cara de buena gente, ésta fue nuestra opción y en 10 minutos estábamos de nuevo en el parking de Queralbs.

Pasamos la noche en el Alberg Pere Figuera, de Planoles. Por menos de 25 leuros por cabeza cenamos, dormimos y desayunamos, con ducha y baño en la misma habitación. Que hay crisis oiga!

El domingo llovió y se fastidiaron los planes. Además Yolanda presentaba unos evidentes síntomas de gripe (no porcina, por cierto) pero aún así lo intentamos, aunque al final tuvimos que dejar la segunda ruta para otro día.

Bueno ahí os dejo unas fotos del evento y me despido por hoy, que van a dar una de Chuck Norris.


Y tres panorámicas de la zona (gracias a Autopano)

A medio camino, de Queralbs a Núria
A un paso del Santuari de Núria
Impresionante la vista en el Coll de Fontalba

Y por si alguien se anima y no quiere perderse, ahí están los tracks para GPS.

1 comentario:

Sophie dijo...

Peaso entrada!!! Puedo confirmar que la subida para los que compramos por internet está entre dura y muy dura.... yo decidí hacer la trampa y la próxima vez en lugar de subirla, bajarla. La verdad es que es un sitio muy bonito aunque sea solo para pasar el dia en el Santuario dando una vueltecilla.
Enga muchacho, nos vemos en la Vall!